Las botas de compresión ayudan a los atletas a recuperarse más rápido mediante una combinación de mecanismos que mejoran la circulación, reducen el dolor muscular y disminuyen el tiempo de recuperación. Así es como funcionan:
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Circulación sanguínea mejorada:
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Aumento del flujo sanguíneo: las botas de compresión utilizan pulsaciones secuenciales para mejorar el flujo sanguíneo en las piernas. Esto ayuda a suministrar oxígeno y nutrientes a los músculos de manera más eficiente, lo que facilita una recuperación más rápida.
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Retorno venoso: al promover el retorno venoso, ayudan a sacar la sangre desoxigenada y los productos de desecho metabólicos, como el ácido láctico, de los músculos, lo que reduce la fatiga y el dolor.
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Reducción del dolor y la hinchazón muscular:
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Drenaje linfático: la compresión imita el efecto de bomba muscular, ayudando en el drenaje linfático. Esto ayuda a eliminar los productos de desecho y reduce la hinchazón y la inflamación de los músculos.
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Disminución del edema: Al reducir la acumulación de líquido, las botas de compresión pueden aliviar el edema y las molestias asociadas.